jueves, 23 de agosto de 2012

El pueblo soberano

Elecciones en el País Vasco. Todos los partidos empiezan ya con su lista de promesas. La actualidad informativa empieza a estar copada por actos simbólicos. Lo que no han hecho en mucho tiempo lo quieren hacer ahora en cuatro días. Inauguraciones, mítines, tomas de posesión, besos a niños...

¿Tiene sentido todo esto? ¿No es otro gasto innecesario?

Entiendo que hace 35 años, cuando los partidos venían de cuatro décadas de prohibición, tal vez fuese necesario darse a conocer de esta forma. Pero hoy en día, todos nos conocemos. El día a día de los partidos lo podemos seguir en los medios de comunicación tradicionales o en internet.

¿Qué sentido tiene hoy un mitin al que ya sólo acuden los convencidos?

También entiendo que, con el actual sistema, los partidos echen el resto para conseguir arañar un voto, ya que lo van a tener cautivo durante los próximos cuatro años. Entonces, ese es el problema. Como comentaba en una entrada anterior, con los medios técnicos actuales, el voto no debería ser cautivo, sino que podría cambiar cuando el votado nos defrauda. Es decir, que las instituciones estarían siempre actualizadas al gusto del pueblo. Tomas de postura contrarias al sentir de los electores serían inmediatamente penadas con un descenso de la representatividad.

Y se evitarían las tediosas campañas electorales. Lo cual nos ahorraría tiempo y dinero. La campaña electoral sería, simplemente, la actividad cotidiana. Ya no se trataría de decir "voy a hacer esto y lo otro", sino de demostrar "estoy haciendo esto y lo otro". Y si los ciudadanos que te han votado están conformes, mantendrás su confianza e incluso podrás ganar la de otros que no habían creído en tu programa. Pero si actúas en contra del sentir de tus votantes, perderás su confianza. Y la puedes perder de un día para otro.

Hoy en día hay mucha gente que se dice desencantada de la política. Y no me extraña. Salvo los muy devotos de un partido, que aceptan con resignación sus vaivenes programáticos, el resto ve que su voto sólo sirve para encumbrar a una fuerza política que durante los próximos años va a hacer y deshacer a su antojo, incluso en contra de los principios por los que les otorgó su confianza.

El voto instantáneo, como se explica en http://estoesdemocracia.blogspot.com.es/, permitiría a toda esa masa social percibir que nuevamente se le tiene en cuenta, que su opinión sirve, que, en fin, son los que mandan, son el pueblo soberano.

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